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La Economía Social reclama a la Cumbre Iberoamericana que se celebra en Guatemala una ‘iniciativa específica’ para fomentar este modelo empresarial
16 11 2018
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CEPES, Cooperativa de las Américas, CICOPA América y AMA han remitido a la Cumbre de Jefes de Estado que se reune estos dias en Guatemala un manifiesto para ayudar a construir una Iberoamérica próspera, inclusiva y sostenible a través del fomento de la Economía Social.

 

•   CEPES, Cooperativa de las Américas, CICOPA América y AMA remiten un manifiesto para ayudar a construir una Iberoamérica próspera, inclusiva y sostenible a través del fomento de la Economía Social. 

•   En Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, España y República Dominicana hay más de 73.000 empresas y entidades de economía social que general 3 millones de empleos directos e indirecto.       

 

Madrid, 16 de noviembre de 2018.- Las principales entidades de Economía Social iberoamericanas reclaman a la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno que se celebra en Guatemala que se incremente la cooperación entre América Latina, Portugal y España para potenciar y desarrollar este sector empresarial.

Por este motivo, la Confederación Empresarial Española de la Economía Social (CEPES), la ‘Cooperativas de las Américas’ (que representa a todas las cooperativas de América Latina y Caribe),  la Organización Internacional de las Cooperativas en la Industria y los Servicios (CICOPA América) y la Alianza de Mutualismo de América (AMA) han remitido un manifiesto a los 22 gobiernos participantes en la Cumbre de Guatemala para que rubriquen una “iniciativa específica sobre Economía Social” que ayude a construir una “Iberoamérica próspera, inclusiva y sostenible”.

Estas organizaciones instan a los 22 países participantes en la Cumbre a “incorporar a estas empresas en sus debates y actividades mediante el lanzamiento de una iniciativa específica que incremente la cooperación entre América Latina, Portugal y España en el ámbito de la economía social”.

Juan Antonio Pedreño, presidente de CEPES recuerda que: “la economía social constituye una realidad socioeconómica indiscutible en la Comunidad Iberoamericana, con empresas y entidades de todos los tamaños, desde PYME hasta grandes grupos empresariales, presentes en todos los sectores de actividad”.

Un ejemplo de este peso e importancia lo pone de relieve el hecho de que tomando en consideración únicamente la realidad de la economía social en seis países de la región (Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, España y República Dominicana) abarca a más de 73.000 empresas y entidades que generan 3 millones de empleos directos e indirectos y que asocian a más de 47 millones de personas. Asimismo, la economía social es un actor clave en el desarrollo sostenible de América Latina.

Por este motivo, las entidades firmantes “solicitan a los Jefes de Estado y de Gobierno la puesta en marcha de una iniciativa específica que fomente la cooperación iberoamericana en el ámbito de la economía social, con el fin de fomentar entornos de desarrollo de estas empresas y entidades que deben desempeñar un papel central en el cumplimiento de la Agenda 2030 en Iberoamérica”.

Además, Pedreño señala que “el Grupo de Trabajo Interinstitucional de las Naciones Unidas sobre Economía Social y Solidaria, junto con otras 18 Agencias de Naciones Unidas, ha destacado que la economía social puede desempeñar un papel clave en la realización de la Agenda 2030 y los ODS mediante la promoción de un desarrollo inclusivo y sostenible a través de innovaciones y prácticas sociales, institucionales y tecnológicas concretas”.

Para las Organizaciones firmantes, la constitución de un espacio de trabajo y cooperación entre los Gobiernos de la Comunidad Iberoamericana, impulsado y pilotado por la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), con participación de las organizaciones representativas de las cooperativas y de la economía social, es un factor fundamental para el establecimiento de una agenda de trabajo común de este modelo empresarial. 

También recuerdan que la Economía Social sitúa a la persona en el centro de la actividad económica, donde la inclusión, la participación y el crecimiento justo y sostenible van de la mano, que a la vez que atiende a las necesidades del territorio, da respuestas a retos globales; que promueve y crea empleo de calidad que reduce las desigualdades y genera oportunidades para todas las personas, y que fomenta la competitividad y el desarrollo empresarial, aportando soluciones tecnológicas e innovaciones sociales para y por las personas.