• CEPES propone que la declaración de esta XXVII edición destaque el compromiso y contribución de las empresas de Economía Social al lema de este año, el cual pone su foco en la Agenda 2030 y el reto de la pandemia.
• La Economía Social engloba, en tan solo seis países de la región -Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, España y República Dominicana-, más de 73.000 empresas y entidades, que generan 3 millones de empleos directos e indirectos y que asocian a más de 47 millones de personas.
Madrid, 20 de abril de 2021.- La Confederación Empresarial Española de la Economía Social (CEPES) ha pedido la colaboración de los gobiernos de la comunidad iberoamericana para fomentar el modelo de empresas de Economía Social en los países que conforman dicha comunidad y crear un entorno favorable para la recuperación y reconstrucción socioeconómica de la región.
Así lo ha declarado la víspera de la XVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, que se celebra este miércoles, 21 de abril, en Andorra bajo el lema ‘Innovación para el desarrollo sostenible-Objetivo 2030. Iberoamérica frente al reto del coronavirus’.
“Es imprescindible constituir un espacio de trabajo y cooperación entre los gobiernos de la comunidad iberoamericana, impulsado y dirigido por la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), junto con la participación de las organizaciones representativas de la economía social, para poder trazar una agenda común que permita a este modelo empresarial no solo hacer frente a las consecuencias de la pandemia, sino también generar un crecimiento sostenible e inclusivo acorde con la Agenda 2030”, ha señalado el presidente de CEPES, Juan Antonio Pedreño.
CEPES propone que, sobre la base del reconocimiento a favor de las cooperativas y demás empresas de Economía Social que ya realizaron las Cumbres Iberoamericanas de Montevideo de 2006 y de Santa Cruz de la Sierra de 2003, la declaración de la XXVII Cumbre destaque el compromiso y la contribución de las empresas de Economía Social al lema de la cumbre de este año, enfocado en la Agenda 2030 y el reto de la pandemia.
Así, desde la Confederación han señalado que la Economía Social constituye una realidad socioeconómica “indiscutible” en la comunidad iberoamericana, con empresas y entidades de todos los tamaños, desde PYMEs hasta grandes grupos empresariales, presentes en todos los sectores de actividad. Ejemplo de este peso y relevancia es que, tomando en consideración la realidad de la Economía Social en solo seis países de la región (Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, España y República Dominicana), ésta abarca a más de 73.000 empresas y entidades, que generan 3 millones de empleos directos e indirectos y que asocian a más de 47 millones de personas.
EL PAPEL DE LA ECONOMÍA SOCIAL EN LATINOAMÉRICA
Además, al igual que ocurre en Europa, desde CEPES se destaca el papel de la Economía Social como actor clave en el desarrollo sostenible de América Latina. Así, el Comité Económico y Social Europeo ya constató en 2021 en su dictamen “La Economía Social en América Latina” que la Economía Social resolvía en esta región graves situaciones de falta de equidad social y económica y de vulneración de derechos fundamentales.
“Es una herramienta clave en la lucha a favor del trabajo decente y la superación de la informalidad socioeconómica, resultando esencial en los procesos de desarrollo local y cohesión social. La Economía Social alienta la pluralidad y la democracia económica. Por ello, se considera prioritario fomentar todas estas capacidades y efectos, contribuyendo a un cambio necesario de modelo productivo”, ha afirmado Pedreño, quien también ha subrayado que la Declaración final del Octavo Encuentro de la Sociedad Civil Organizada Unión Europea-América Latina y el Caribe de 2015, reconoce “la importancia de la Economía Social en el desarrollo económico sostenible, dado que puede complementar otras formas de organización y actividad económica”.
Asimismo, el Secretario General de Naciones Unidas, en su informe ‘Transición socialmente justa hacia el desarrollo sostenible: la función de las tecnologías digitales en el desarrollo social y el bienestar de todos’, ha señalado que la Economía Social “encarna otro modelo alternativo de crecimiento que busca un nuevo equilibrio entre la eficiencia económica y la resiliencia social y ambiental”.
Por otro lado, el Grupo de Trabajo Interinstitucional de las Naciones Unidas sobre Economía Social y Solidaria, del que forma parte la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) junto con otras 18 Agencias de NNUU, ha señalado que la economía social “puede desempeñar un papel clave en la realización de la Agenda 2030 y los ODS mediante la promoción de un desarrollo inclusivo y sostenible a través de innovaciones y prácticas sociales, institucionales y tecnológicas concretas”.
Además, han señalado desde CEPES, la Resolución de Naciones Unidas por la que se adoptó la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, reconoce “el papel que desempeñarán en la implementación de la nueva Agenda los diversos integrantes del sector privado, desde las microempresas y las cooperativas hasta las multinacionales”.
Pedreño considera que todas las actuaciones hacia la Economía Social en Latinoamérica deben ir en paralelo con los trabajos de la Comisión Europea que está trabajando en la aprobación de Plan de Acción Europeo para la Economía Social a finales de 2021.