CEPES en la agenda internacional de la Economía Social.
CEPES está comprometida con el desarrollo de la economía social europea y a nivel global. Su liderazgo ha hecho de CEPES un referente y el interlocutor de las empresas españolas de economía social ante las Instituciones de la UE y las Organizaciones Internacionales.
- CEPES ejerce la presidencia de Social Economy Europe (SEE), la organización representativa de los 2,8 millones de empresa de economía social en la UE que emplean a 13,6 millones de personas. SEE es la interlocutora de la Economía Social de la UE ante la Comisión Europea y el Intergrupo de Economía Social del Parlamento Europeo.
- CEPES es miembro del Comité Económico y Social Europeo, el órgano consultivo de la UE para las políticas europeas en el ámbito social, empresarial, económico y medioambiental.
- CEPES lidera la Red Euro-mediterránea de la Economía Social (ESMED), la plataforma que da voz al 1 millón de empresas de Economía Social de Argelia, Egipto, España, Francia, Italia, Marruecos, Portugal, Túnez y Turquía que dan empleo a más de 8 millones de personas. ESMED defiende los intereses de la Economía Social ante la Unión por el Mediterráneo (UpM), que es la organización intergubernamental formada por un total de 42 estados miembros de la UE y de la cuenca mediterránea.
- CEPES es miembro de la Alianza Cooperativa Internacional (ACI) y de COOPERATIVES EUROPE. Colabora además con las organizaciones internacionales de la economía social: la Red Internacional de Economía Social y Solidaria y el Foro Global de Economía Social.
- CEPES trabaja con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en sus iniciativas para el fomento de la economía social a nivel global.
La economía social: un actor clave para una recuperación inclusiva y sostenible para Europa y a nivel global.
La economía social representa alrededor del 7% del producto interno bruto (PIB) mundial y del empleo global según el Secretario General de Naciones Unidas (Informe “Las cooperativas en el desarrollo social”. 2017) quien identifica a la Economía Social como un modelo alternativo de crecimiento que busca un nuevo equilibrio entre la eficiencia económica y la resiliencia social y ambiental (“Transición socialmente justa hacia el desarrollo sostenible: la función de las tecnologías digitales en el desarrollo social y el bienestar de todos” 2020).
Los Instituciones Europeas y las organizaciones internacionales apuestan por la Economía Social como un motor clave del desarrollo económico y social:
En Diciembre de 2021, la Comunicación de la
Comisión Europea “Construir una economía que funcione para las personas: un plan de acción para la economía social” (COM(2021) 778 final) recoge una batería de medidas para promover las empresas de Economía Social porque “crean y mantienen puestos de trabajo de calidad, contribuyen a la inclusión social y a la integración en el mercado laboral de grupos desfavorecidos y a la igualdad de oportunidades para todos, impulsan el desarrollo económico e industrial sostenible, promueven la participación activa de los ciudadanos en nuestras sociedades, desempeñan un papel importante en los sistemas de protección social europeos y revitalizan las zonas rurales y despobladas de Europa”.)
La
Organización Internacional del Trabajo (OIT) identifica a la Economía Social como una parte fundamental del sector privado que contribuye al trabajo decente, al empleo productivo y a mejorar los niveles de vida para todas las personas (
Declaración del Centenario de la OIT para el Futuro del Trabajo 2019). La OIT está apoyando a la Economía Social a través de la organización de las
Academias de Economía Social y Solidaria como la organizada en Madrid por la OIT, el Ministerio de Trabajo y CEPES en 2019 sobre “La Economia Social en el Futuro del Trabajo”.
La Secretaría General Iberoamericana ha reconocido el papel integral de las cooperativas y demás organizaciones de la Economía Social “cuyos principios de productividad, competitividad, complementariedad, solidaridad y sobre todo responsabilidad social, fortalecen el carácter participativo e nuestras democracias, impulsan la generación de empleos, apoyan el combate contra la pobreza, convocan la integración y cohesión social en particular de las mujeres, los jóvenes, las personas adultas y con discapacidad, generando condiciones de desarrollo". (
Cumbre Iberoamericana de Montevideo.2006)